¿Cómo aparece la inspiración para escribir una obra como “El huevo de Rolando”? ¿Le has reservado un tiempo cada día hasta acabarlo de forma disciplinada, o las ideas vienen en cualquier momento y luego les vas dando forma?
La idea original fue la de escribir una comedia en verso adaptada a las necesidades de un grupo de teatro del que formaba parte, Cacaruca Teatro, de la Universidad de Cádiz. El número de personajes vino determinado por el número de actores del grupo. Ése fue el germen de El Huevo de Rolando, y, a partir de ahí, los personajes empezaron a definir sus personalidades y a establecer entre ellos las relaciones que consideraron más adecuadas o convenientes hasta llegar a ser lo que ahora son.
Técnicamente, ¿cómo se escribe una obra de este tipo? ¿Haces una versión de la escena en prosa cuando tienes la idea y luego la versificas? ¿Los versos nacen directamente en la pantalla del ordenador o eres de los escritores que van anotando ideas en servilletas de papel?
Una obra como ésta se escribe de una manera ciertamente caótica mientras es posible, hasta que se impone la necesidad de ejercer un control casi exhaustivo sobre la producción de versos, situaciones y escenas para que asegurar que el trabajo llegue a buen fin. No hay anotaciones en prosa de las que luego salgan los versos, sino que el vertido en octosílabo rimado es directo sobre el papel, en ocasiones a la manera de un caudal y otras veces por goteo.