Llevando los pantalones antes de que se inventen
En la última etapa de su vida, ya viuda, a Burgadea le preocupa que su hijo jamás haya prestado el menor interés en el supuesto sexo opuesto. No porque se le adivine prejuicio alguno al respecto, sino porque, sin nietos, muy difícil es perpetuar la estirpe de los Mata. De ahí que haya planeado entablar conversaciones con Ronulfo, el titular del Condado de la Encina, familia que conoce desde hace décadas, y cuya hija Endrina también está en edad de desposar.
Pero más allá de estos manejos, Burgadea también tiene su propio pasado. Cuando la magia hace su aparición en este enredo, este pasado corre el riesgo de emerger inesperadamente. Si tal cosa ocurre, los hechos nos irán desvelando que no todo es lo que parece, que quien más transparencia exige puede ser quien más que ocultar tiene, y que la pasión no es patrimonio de la juventud.