Una aventura en verso
de amor, humor, enredo y magia

Una aventura en verso de amor, humor, enredo y magia

Llevando los pantalones antes de que se inventen

Los incontables diseñadores de moda que lean estas líneas nos reprocharán de inmediato que los antiguos troyanos ya llevaban en la antigüedad calzones que podrían considerase pantalones. Vale, vale; algo hemos exagerado en la entradilla referida a Burgadea. Para describir a esta alta dama, rescatando las palabras del artista Eminoldo, diremos que “sus modos son severos”. En realidad, la buena señora no hace sino tratar de poner orden en la desordenada vida de su hijo Pero, para convertirlo en un hombre de provecho.

En la última etapa de su vida, ya viuda, a Burgadea le preocupa que su hijo jamás haya prestado el menor interés en el supuesto sexo opuesto. No porque se le adivine prejuicio alguno al respecto, sino porque, sin nietos, muy difícil es perpetuar la estirpe de los Mata. De ahí que haya planeado entablar conversaciones con Ronulfo, el titular del Condado de la Encina, familia que conoce desde hace décadas, y cuya hija Endrina también está en edad de desposar.

Pero más allá de estos manejos, Burgadea también tiene su propio pasado. Cuando la magia hace su aparición en este enredo, este pasado corre el riesgo de emerger inesperadamente. Si tal cosa ocurre, los hechos nos irán desvelando que no todo es lo que parece, que quien más transparencia exige puede ser quien más que ocultar tiene, y que la pasión no es patrimonio de la juventud.

        

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